Ya habíamos hablado del Vespa 400, ese miniauto de los años 50, construido por Piaggio, de dos tiempos y que incluso llegó a correr el Montecarlo. Pues bien en 2013 después de 55 años que dos periodistas franceses fueron de París a Moscú y vuelta en Vespa 400, era el año 1958 y en aquel entonces se demostraba la valía de los nuevos autos con expediciones sorprendentes. Este minúsculo auto hizo la ida y vuelta.

Los protagonistas de la época fueron Raymond Miomandre y René Parí, tal y como relata la revista francesa Automobile en el número 152 de fecha diciembre 1958. Durante 46 días Jean Louis Mathon hizo el mismo recorrido en su propio Vespa 400 de su abuelo recorriendo 9.000Km y cruzando 33 fronteras entre ida y vuelta. Esta vez vamos a poner retales de periódico para confirmar que la aventura tiene su especial glamour.

Para los amantes de las cifras, tenemos que decir que la velocidad media fue de 46Km/h, el consumo de 5,5 litros a los 100Km, y recorrió un total de 9.232 Km, dos mil kilómetros más que en 1958. Atravesó muchos países, y en cada uno de ellos hay que respetar la ley, por ejemplo en Austria es obligatorio el botiquín, en cambio en Bélgica hay que llevar extintor, en Lituania la policía lo paró preguntando por los pedales de ese juguete… y es que cuando uno viaja en clásico las aventuras vienen solas, y las anécdotas se cuentan por decenas cada semana. En total un mes de viaje a bordo de una de las mejores Vespa.

Jean Louis, antes de ir a Moscú, había estado haciendo la vuelta a España, y al año siguiente hizo la travesía hasta Agadir. Una buena demostración que los grandes viajes hacen los pequeños coches. Y sea cual sea nuestro clásico puede llevarnos lejos y llenarnos de satisfacción.

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